1200 calorías
Anorexia y yo
La anorexia empezó en mí desde muy chica, cuando tenía 13 años y pesaba 64 kilos. A esa edad, los amigos y amigas son muy crueles, pero siempre tuve muy buenos amigos.
Soy la menor de tres hermanos, por lo que en mi familia yo siempre fui comparada con mis ellos: como estudiante, como deportista, también la mejor; y además tenía que tenia que destacar por mi, no como la hermanita de fulanito. Yo lo sentía así. Siempre fui muy exigente conmigo, quería ser perfecta, odiaba equivocarme, y que mis logros siempre estuvieran acompañados de un "tu hermano también hizo lo mismo", "eres igual que tus hermanos". Tal vez por esa exigencia, yo sentía culpa todo el tiempo. Sentía culpa de comer, de verme al espejo, de todo. Y empecé a obsesionarme, más que con mi peso, con la perfección que yo quería alcanzar.
¿Qué es la anorexia? Es una enfermedad que nos engancha, como una adicción. Cada vez queremos más y más. Y, una vez que llegamos al peso que queríamos, queremos (bajar) un poquito más.
Caí en videos que me encontraba, "la dieta militar", "bebe esto todas las noches" y demás. Hasta que de pronto eso cambió. Empecé a perder peso, y comencé a recibir atención de chicos y chicas. Entonces me dije: "tengo que ser delgada para estar bonita y me quieran", así es como comencé con las dietas. Asocié la delgadez con la personalidad, con el éxito social. Y eso mismo exactamente es lo que les pasa a muchas chicas, creen que cuanto más flacas estén, mejores personas van a ser y más van a ser aceptadas por la sociedad y por sus amigos.
Por nada del mundo deseamos vivir sin este refugio que nos aporta seguridad: el control de la comida. Pensamos que con la delgadez lo podemos controlar todo e, incluso, que esta delgadez nos llevará a la felicidad. Solemos tener una baja autoestima, aunque si vamos bajando de peso, ésta va subiendo poco a poco.
Aprendes a ser una chica muy lista, capaz de engañar a tu alrededor, y muy bien, durante mucho tiempo. Pero, te engañas a ti misma, me sentía vacía y muy, muy sola, cosa que complicaba mi situación. Deje de quedar con gente, me cerré yo misma, en un mundo de calorías, ejercicio, dietas, báscula.
Esta enfermedad me quito tanto, amigos, familia, pero sobre todo la alegría de vivir. La alegría y el querer hacer cosas se pierden, no nos vemos futuro ya. Ya no disfrutaba ni de un tiempo de calidad, ya que mi mente solo pensaba en que comeré mañana, cuantas calorías serán.
Yo no lo sabía, pero realmente estaba ciega. Llegué a pesar 50 kilos, hay que tener en cuenta que una persona necesita cada día alrededor de 1.200 calorías para sobrevivir, y yo como máximo ingería 800. En mi situación era una niña que estaba en desarrollo necesitaba un poco mas; era una locura, y hoy me doy cuenta de lo que fui, de lo que hice, de lo que me hice. Cuando estás en ese mundo te vuelves loca... No puedes estudiar, no puedes pensar.
Tuve que dañar tanto mi salud, para darme cuenta que ya no podía ni siquiera tomar una clase sin tener que desmayarme, no podía aguantar un día de escuela completo, fue en ese momento que viendo a mi mama llorar, decidí tomar un nuevo camino. Me recuperé no voy a mentir. Es bastante difícil, la recuperación absoluta en este tipo de desórdenes no existe, sobre todo cuando se llega a un punto tan profundo. Además, el tema de la dieta es constante en los medios. Te lo recuerdan cada día, cada minuto. No creo que esté del todo recuperada, aunque así lo sienta muchas veces. Sé que siempre vuelves a caer, quizá no como en algún momento caí, pero...
Una persona recuperada debe sentirse a gusto consigo misma. Recuperarse es volver a vivir con normalidad, es conseguir que las obsesiones desaparezcan y no pasarte el día pensando en lo que has comido o en lo que vas a comer. No sentirte culpable por todo, estar
emocionalmente estable. Es no querer morirse por haber engordado medio kilo. Es abrirse al mundo y dejar de creer que el universo gira alrededor de nosotras. Es volver a tener relaciones sociales, disfrutar de una reunión con los amigos aunque haya que comer. Es no matarse haciendo abdominales…
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